julio 20, 2015

La disputa por el poder

El nivel de conformismo del venezolano rebasa los límites cada día, parece que tenemos un afán por romper récords, y me incluyo porque a pesar de mi inconformismo lo único que hago es quejarme en voz baja cuando estoy en público o tan sólo escribir. No considero que sea para nada normal que para una chica de mi edad sus motivos de llanto no sean que su novio la engaña, o que su personaje favorito de una serie sea trágicamente asesinado, sino la situación de su país.

No sé quiénes son más estúpidos, si los chavistas o los opositores. Situaciones extremas requieren medidas aún más extremas y la oposición pretende, porque así lo proclaman, que el pueblo salga porque "la situación está difícil y ya es hora". Desde tiempos memorables, y ya hace más de 16 años cuando comenzó la dictadura de Chávez, no es secreto para nadie que por la plata baila el mono, o el venezolano en este caso, pues si querían votos con un rollito de billetes bastaba. Aunque sea inmoral la oposición no entiende que el venezolano es así, el humano es así... pues si no obtiene una recompensa directa y que no lo beneficie de verdad de manera inmediata, no hará nada que no sea de vida o muerte.

El problema es que ahora si es de vida o muerte, literalmente, y que nadie ve que como tendencia natural del ser humano los que están en el poder jamás querrán soltarlo, es completamente normal. Me atrevo hasta a decir que los oficialistas en ese tema si se llevan por los cachos a la oposición y que de tontos no tienen ni un pelo; porque ellos saben que con tener un autobús y montar a todo un barrio para que vaya a votar ya tienen una ventaja grande, cosa que se llama "movilización" y que la oposición no entiende y ni remotamente considera hacer ni porque estemos ya en lo más profundo de esta desgracia.

El más grande inconveniente de la oposición venezolana es la rivalidad que existe dentro de ella, y eso no es algo nuevo, pero es algo que jamás de los jamases pasaría en el chavismo y si pasa, pasa bajo perfil. Los chavistas, así se odien unos entre otros, para conseguir lo que quieren, trabajan juntos así se maten después tras bastidores y por eso siempre llevan la delantera ante toda posible situación que pudiera perjudicarlos, cosa que la oposición no procura evitar dejar al descubierto sin darse cuenta de que así pierden una gran ventaja ante sus oponentes pues a la hora de un ciudadano identificarse con una ideología política diferente al chavismo, preferirá simplemente no formar parte del proceso antes que formar parte del zaperoco que tienen entre la MUD, Primero Justicia y Voluntad Popular, por nombrar algunos.

¿Mi conclusión? El  chavismo es una enfermedad, es el cáncer progresivo y degenerativo que está destruyendo a Venezuela y la mente de sus seguidores, y ¿la oposición? Es sólo un adorno, si se quiere la contraparte, como algo natural que tiene que existir; lo opuesto a lo que ya está pero que no es ni mejor ni peor, sólo está ahí.


El cambio se tendrá que dar en algún momento, es algo que me he obligado a creer y que como ciclo natural de la vida debe llegar, antes de que acabemos matándonos los unos a los otros por un paquete de harina. Pero esto sólo sucederá cuando nosotros como ciudadanos decidamos cambiar, cosa que tiene carácter de urgencia en estos momentos.

#SOSVenezuela #I’mYourVoiceVenezuela #SoyVenezolana


Laura Ysabel

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