Toda
una isla en alerta
Por
insólito que parezca, en Venezuela, la muerte de un delincuente es “honrada” con
disparos al aire y procesiones que colapsan a toda una ciudad. Si así despiden
a los malos…
Medina M., Laura Y.
La tensión, alerta y
miedo que se vivió por tres días en la Isla de Margarita, arrasó por completo con
la dinámica de la ciudad. Algo raro estaba sucediendo. Había toque de queda.
Reconocido pran,
ahora también a nivel internacional y colmado de apodos, Teófilo Alfredo
Rodríguez Cazorla, alias “El Conejo”, “El Patrón”, “El Jefe”, “El Promotor de
la paz” o incluso hasta “El Papa” fue para quienes lo rodeaban un “héroe”.
Desde el momento de
su salida de la cárcel de San Antonio en 2014 o, más bien, el “paraíso” que él
construyó, Rodríguez Cazorla no permanecía en la isla por largos períodos de
tiempo por temor a ser asesinado, por lo que viajaba constantemente a Panamá y
México.
Creó su fama como traficante de drogas acogiéndose en la excusa de que
sus actos delictivos eran sólo para favorecer a los más pobres. Auténtico
reflejo de la situación política del país.
Saliendo de una discoteca
ubicada en la calle 4 de Marzo de Porlamar, en el Estado Nueva Esparta, “El Conejo”,
sobrenombre que aún causa revuelo entre los margariteños y que es sinónimo de
delincuencia, fue asesinado a tiros, cinco en concreto, la madrugada del 24 de
enero de este año entre las 4:30 y 5:00 a.m. Falleció aproximadamente a las 8:53
de la mañana de ese mismo día.
“El Chiripa”, quien
sería su hijastro, resultó herido esa madrugada tras recibir al menos dos, de
los 70 impactos de bala que recibió el vehículo en el que se encontraban, al
igual que “Fidel”, “El Chino” y “Moreno”, quienes habrían jugado el papel de escoltas
de Rodríguez. La mayoría de las
hipótesis apuntan a que el asesinato del ex presidiario se debe a un ajuste de
cuentas por un grupo armado extranjero.
***
Desde la tarde del 25 de enero hasta la noche del 26, un estado de ansiedad reinaba en el ambiente. El miedo se sentía en cada rincón de la ciudad, hechos como la soledad de las calles y el cierre a tempranas horas, o incluso la no apertura de muchos locales, hablaban por si solos.
Desde la tarde del 25 de enero hasta la noche del 26, un estado de ansiedad reinaba en el ambiente. El miedo se sentía en cada rincón de la ciudad, hechos como la soledad de las calles y el cierre a tempranas horas, o incluso la no apertura de muchos locales, hablaban por si solos.
El caos mediático se
empezó a notar en las redes sociales el lunes 25, cuando a través de su cuenta
de Twitter el gobernador del Estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, enfatizando
un claro estado de indignación que se podía sentir con tan solo leer el tweet, compartió un video en el que se
observaba como los reclusos del recinto penitenciario ubicado en San Antonio,
vestidos como civiles, rendían tributo con disparos al aire a quien
consideraban como su Papa, “El Conejo”, líder de El Tren del Pacífico, banda que
controlaba desde años atrás.
El video fue grabado
por los mismos presos alrededor de las 11:00 de la mañana, se notaba el sol
característico de la hora y la molestia en las expresiones de quienes disparaban.
La tensión que causaba sólo oír cientos de disparos al aire era escalofriante.
La grabación fue subida a la página de Facebook de la organización exactamente
a las 8:55 p.m. de ese día.
Las reacciones no se hicieron esperar. Aparentemente
esto sucedió y fue grabado como respuesta a la negación por parte de las
autoridades, a la petición de los reclusos para que Rodríguez Cazorla fuese
velado en la cárcel.
A escasos
metros, a las puertas del contingente, a través de un video que esta vez lo que
causó fue vergüenza e impotencia, la Guardia Nacional Bolivariana se quedó
impasible tan solo observando el zaperoco y el crujir de los disparos.
A raíz de estos
acontecimientos, salió a relucir un nombre: Yolfrank Marcano, alias “El Menor”,
quien sería ahora el supuesto predecesor del ex pran y quien fue la principal
figura del video, disparando una AK-47
en repetidas ocasiones, sin ningún temor ni tapujo y con el rostro descubierto.
En la grabación se observaban más tipologías de armas automáticas y
semiautomáticas de las que el mismo Ejército Venezolano podría tener jamás. Un
completo estado invertido, el auténtico mundo al revés.
***
Marcano es presunto familiar de Rodríguez y desde el momento en el que este cumplió con su condena, se cree que es él quien ha controlado el centro penitenciario que Teófilo gobernó por aproximadamente 12 años, de forma arbitraria al inicio.
Marcano es presunto familiar de Rodríguez y desde el momento en el que este cumplió con su condena, se cree que es él quien ha controlado el centro penitenciario que Teófilo gobernó por aproximadamente 12 años, de forma arbitraria al inicio.
El espectáculo que se
vivió el martes previó a su entierro y hasta su fin, duró prácticamente ocho
horas. A partir de las 10:40 a.m. del martes, los colegios del municipio
Mariño, de la calle Charaima específicamente, después de que el alcalde Alfredo
Díaz anunciara la suspensión de clases, se dispusieron a llamar a los
representantes de su alumnado pidiendo que fuesen recogidos, previniendo
cualquier inconveniente que el cortejo fúnebre pudiese ocasionar.
A partir de
ese momento podría decirse que la ciudad colapsó por completo.
Entre las 10:57 a.m.
y las 2:24 p.m., el tráfico comenzó a notarse en los puntos por los que pasaba
la caravana de “dolientes”. Escoltados por la Guardia Nacional, una muchedumbre
paseaba con orgullo y dolor la urna donde se encontraba “El Patrón”.
Una
persona que se encontraba grabando el congestionamiento con el móvil, mientras la
procesión pasaba frente al edificio dónde se encontraba, sólo alcanzó a decir
“¡Verga, y es a pie que se lo van a llevar!”, dando alusión a que el camino por
recorrer era largo.
Bajo el sol
característico de la isla, casi no se podía diferenciar entre las lágrimas y el
sudor de la multitud que, por las calles, rendían honores al pran. Todo podía
ser material y formar parte de un cortometraje que podría llevar por nombre
“Sólo en Venezuela”.
La multitud llegó por
fin al Cementerio Campo Santo, aproximadamente a las 7 de la noche. El
recorrido inició desde su casa natal en Porlamar en la calle San Rafael, donde
fue velado a tempranas horas. Tragos, música, bailes, droga y tiros acompañaron
lo que sería “la última despedida” antes de proceder a la sepultura. Aunque
difícil de creer, todo el paripé terminó cerca de las 9 de la noche.
***
Teófilo Rodríguez murió a los 44 años de edad, cinco meses antes de cumplir 45.
Su madre aún vive, y tiene una hija, de quien tenía un retrato colgado en el
pequeño loft tamaño estudio y altamente lujoso que ocupó los años que
permaneció recluido en San Antonio.
“El Conejo” era la personificación del colapso y la descomposición social
y política que se vive en Venezuela desde hace años; así como la aparente
desgana y poca importancia que le da el gobierno a la situación penitenciaria y
la resistencia por hacer algo al respecto. A estas alturas no tenemos ni idea de cuánto
estamos a merced de una corrupción más grande de la que imaginamos.
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